sábado, 9 de enero de 2016

Atardecer.

Matices rojos y naranjas bañan el cielo y crean una cálida vista, sirviendo de fondo a aquel único árbol que va perdiendo sus hojas marrones y que  puedo comparar en este momento con tus ojos de avellana donde yo encontraba mi atardecer.
Los colores del cielo se mezclan y crean figuras abstractas como una vez nuestros cuerpos, juntos, eran capaces de estar. Pero ahora, separados como las hojas de ese árbol estamos, ¿vuelven al árbol las hojas después de morir?
Y en mis ojos las lágrimas se preparan para salir, al igual que la luna en algún lugar detrás de mí. Y volteo para buscarla pero no está, y ya en mis ojos se nubla el cielo. Y espero el consuelo de tus manos pero en cambio una brisa fría me roza los vellos.
En el cielo se extiende la oscuridad y al igual que hace un año en tus ojos: del cielo se va el último rayo de luz. Entonces me entrego al dolor.

                                                                                Sábado, 28/11/15.


Amor en tiempo presente.

Dicen, los que saben, que creo en algo imposible, que pongo mi certeza en algo inútil, ¿acaso las personas no están llenas de fe?
A veces pienso en ti como un sentimiento pasajero, algo que debes sentir como parte de la vida, pero las cosas comunes jamás se sintieron tan bien.
Quizás este amor dentro de mí que crece con fuerzas se debilite un día y descanse para siempre, pero tengo todas las ganas de sentirlo mientras dure.
Y es que muchos dicen que estoy tejiendo una ilusión, que el hilo que me une a ti está hecho de nubes, ¿acaso podría el aire partir un corazón en dos?
A veces pienso en ti como el motivo que tengo para superar mis debilidades, como lo que levanta mi rostro cuando amenazan las emociones, ¿estarías conmigo en medio de mis tristezas?

Quizás este amor se suicide en algún puente por el que pasemos uno de los dos, o se haga heridas y la sangre lo ahogue. Quizás sí, exista un verdugo al final de esta historia, pero a veces se siente como si uno pudiese llegar a ser feliz.