Matices rojos y naranjas bañan el cielo y crean una cálida
vista, sirviendo de fondo a aquel único
árbol que va perdiendo sus hojas marrones y que
puedo comparar en este momento con tus ojos de avellana donde yo
encontraba mi atardecer.
Los colores del cielo se mezclan y crean figuras abstractas
como una vez nuestros cuerpos, juntos, eran capaces de estar. Pero ahora,
separados como las hojas de ese árbol estamos, ¿vuelven al árbol las hojas
después de morir?
Y en mis ojos las lágrimas se preparan para salir, al igual
que la luna en algún lugar detrás de mí. Y volteo para buscarla pero no está, y
ya en mis ojos se nubla el cielo. Y espero el consuelo de tus manos pero en
cambio una brisa fría me roza los vellos.
En el cielo se extiende la oscuridad y al igual que hace un
año en tus ojos: del cielo se va el último rayo de luz. Entonces me entrego al
dolor.
Sábado, 28/11/15.