sábado, 17 de octubre de 2015

Mi deseo.

Tenerte a mi lado es creer en la magia, es cerrar los ojos humanos y abrir el interior. Es sentir el abrazo de dos almas que se unen para amarse. Tenerte a mi lado es lo que más deseo, es mi reflejo en el espejo de Oesed cada día, es mi debilidad. Podría abrazarte fuertemente entre mis brazos y posar mi cabeza en tu pecho y parar las manecillas del reloj. Porque ¿no es el tiempo solo futuro cuando yo pienso en ti? Y pienso en ti a cada segundo, pero no estás conmigo. Entonces, tenerte a mi lado es lo que idolatro como una estatua de cera o yeso, y es lo que pego a mi corazón para sentir calor. El deseo de tenerte conmigo me da los buenos días y antes de dormir me alista la cama y me besa la frente. Tenerte a mi lado es cerrar los ojos a la luz de la luna llena, rogando que su reflejo te bañe a ti también. Y la luna nos baña a los dos, pero no estamos juntos.
Tenerte a mi lado es lo que anhela mi piel, es en lo que pienso antes de dormir, y es la razón por la cual se me escapan suspiros. El aire sobra donde estoy, y tú no estás conmigo. Tenerte a mi lado es una de las metas de mi vida, es lo que guardo dentro de mi como un secreto, y es lo que siento por ti como una joya valiosa que llevo a todos lados. Y es que necesito tenerte a mi lado, pero no te tengo.

martes, 13 de octubre de 2015

"Para siempre".

“No soy de eternidades” –digo yo, que disfruto las cosas mientras duren y que tengo al tiempo como un viejo sabio. Suelo contemplar la Luna cuando brilla en el cielo o cuento estrellas cuando ésta se esconde; siento los rayos del sol en la piel o las gotas de lluvia empapando mi cabello. Y es que hay que vivir con lo que nos rodea y admirar esas nubes que nos persiguen todo el tiempo, así sean grises.
“Te querré por siempre” –dices tú, que encuentras felicidad hasta en las lágrimas y que tienes al tiempo como tu mejor amigo; que extrañas al Sol cuando empieza a llover, y que me miras como si no existiera más nadie en el mundo.  
“Los por siempre son eternidades, mientras dure está bien” –recalco yo, que le temo a las promesas de amor y que huyo de las personas enamoradas aunque sea recíproco el sentimiento.
“Durará tanto como queramos –dices con tu sonrisa destructora- y yo quiero que sea para siempre” –concluyes, con los ojos negros tan brillantes como una noche estrellada.

Así que no sé si de verdad esto se extienda al infinito, o si con los primeros rayos de Sol se termine todo. “Pero esta noche me quiero enamorar” –pienso yo, cuando aún sin Luna en el cielo tú estás conmigo- “¿y quién sabe? –me pregunto yo, que tengo una chispa de romanticismo en el corazón e instantes de extrema locura –quizás inventemos el ‘para siempre’.