martes, 13 de octubre de 2015

"Para siempre".

“No soy de eternidades” –digo yo, que disfruto las cosas mientras duren y que tengo al tiempo como un viejo sabio. Suelo contemplar la Luna cuando brilla en el cielo o cuento estrellas cuando ésta se esconde; siento los rayos del sol en la piel o las gotas de lluvia empapando mi cabello. Y es que hay que vivir con lo que nos rodea y admirar esas nubes que nos persiguen todo el tiempo, así sean grises.
“Te querré por siempre” –dices tú, que encuentras felicidad hasta en las lágrimas y que tienes al tiempo como tu mejor amigo; que extrañas al Sol cuando empieza a llover, y que me miras como si no existiera más nadie en el mundo.  
“Los por siempre son eternidades, mientras dure está bien” –recalco yo, que le temo a las promesas de amor y que huyo de las personas enamoradas aunque sea recíproco el sentimiento.
“Durará tanto como queramos –dices con tu sonrisa destructora- y yo quiero que sea para siempre” –concluyes, con los ojos negros tan brillantes como una noche estrellada.

Así que no sé si de verdad esto se extienda al infinito, o si con los primeros rayos de Sol se termine todo. “Pero esta noche me quiero enamorar” –pienso yo, cuando aún sin Luna en el cielo tú estás conmigo- “¿y quién sabe? –me pregunto yo, que tengo una chispa de romanticismo en el corazón e instantes de extrema locura –quizás inventemos el ‘para siempre’.

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