domingo, 14 de agosto de 2022

El sentido de perder la razón

Claramente el cielo no me deja olvidarte hoy, porque mientras los truenos se revientan a los lejos, la luz de los relámpagos alumbran mi ventana y la lluvia golpea con fuerza mi silencio, estoy recordándote con la misma fuerza. Ojalá esa fuerza entrara por mis músculos y se apoderara de mi cuerpo para poder levantarme de la cama y enjuagarme el rostro, pero no, solo es una fuerza triste, una fuerza débil (quizá este término se contradiga, pero sin ti me he tenido que enfrentar a muchas contradicciones).

Después de pensar en las razones que tengo para borrarte de mi mente me rio frenéticamente, porque solamente busco excusas que no existen para mantenerte presente. (Mantenerte presente, pero no estás, sí que he perdido todo el sentido ya). Lo único que quiero perder es la memoria, porque si hay algo que no te dicen en los libros es que cuando algo llega a su fin, la costumbre se queda alojada en la cabeza, y ahí es cuando los recuerdos evolucionan y nos envuelven, y es cuando uno empieza a extrañarse a sí mismo. Pero mas que extrañarme a mi misma, extraño la persona que era cuando estaba contigo. Pero ya no estas, ni estoy, ni estamos. Tremendo sentido tiene todo, ¿no?

Doy vueltas en mi cama tratando de encontrar una posición en la que no me sienta tan pequeña y solitaria, pero solo me engaño, el frio abarca mas de la mitad de esta cama e incluso me llega a los huesos. Esto no existia antes de irte, cariño. El frio me hace arder los ojos, ¿o acaso serán las lagrimas? No lo se, todo esta nublado. Nublado el cielo, nublados mis ojos. En mi mente he gritado pero no me respondes, no hay ninguna señal que me hable de ti, pero todo me habla de ti, ¡Estoy perdiendo la razón!

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